El hielo se deshacía. Podía sentir los pequeños pedazos desprendiéndose y cayendo con la sonoridad típica de las tormentas de verano. Un gran charco se formaba ahora bajo sus pies, el agua reflejaba los pedazos de su cuerpo que aún seguían congelados. Se reblandecía, había perdido el miedo a sonreír.
Seguía de pie, quieto y calmado, simplemente lo dejaba suceder.
Mucho
Hace 3 semanas