¿Lo oyes? Es la melodía. Esa tan perfecta que consigues pulsando las teclas, las mismas que empañan mis ojos y dibujan mi sonrisa. ¿Aún lo oyes? Sigues dominando a la perfección cada instrumento, haciendo vibrar las cuerdas que recorren mi espalda, escalofríos.
Tú, prodigioso compañero. Luthier de mentes enamoradas.
Mucho
Hace 4 días