lunes, 15 de junio de 2015

La última cena

Definitivamente se habían pasado con el vino, los panes, los peces... el vino. Había sido una noche larga y ahora, como cada mañana, se crucificaba corriendo las cortinas de su habitación.

domingo, 29 de marzo de 2015

La onomatopeya del latido

El corazón de un ser humano sólo comienza a latir al decimoctavo día de su existencia. Desde entonces latirá unas cinco mil millones de veces sin detenerse hasta pararse completamente. Así, el corazón de una ballena late siete veces por minuto y el del colibrí ronda las mil. También me contaron que este pajarillo no vive más de un año, pero que la ballena vive un montón. Y entonces empecé a preguntarme si estamos midiendo el tiempo de la manera correcta. Si la naturaleza, con un guiño de lo más humorístico, no nos había dado ya un tic tac constante en nuestras vidas para recordarnos que la vida es eso. Que la vida es cada latido y no cada minuto. Es cada una de las cosas que nos aceleran el pulso y hacen que el tiempo vuele. Y que aunque nos acerque un poco más a la muerte, esa es la única manera de vivir.

jueves, 28 de agosto de 2014

Historia de una llanura

Nyima le preguntó a su padre por qué no había montañas en Gambia. Las hubo, una vez. El volcán Kiiliyaa Konkoo (en mandinka "montaña celosa") era una de las mayores atracciones del país. Por aquel entonces, Kiiliyaa entraba en erupción durante todas y cada una de las bodas que se intentaban celebrar, arruinando así las ceremonias y obligando a las parejas pudientes a salir del país para contraer matrimonio. Durante años se llevaron ofrendas al cráter e incluso se danzaba noche y día a su alrededor. Pese a ello, justo antes de cada beso nupcial, gases y ceniza lo inundaban todo, atemorizando a los futuros novios que se lo pensarían dos veces antes de enamorarse de nuevo. Los gambianos, desesperados, decidieron cavar un pozo tan profundo como la altura del volcán y tan ancho como su falda. Así, Kiiliyaa se enamoró de este cráter y se unió eternamente a él, convirtiendo a Gambia en uno de los paises más llanos del planeta.

lunes, 29 de julio de 2013

El pequeño Benjamin Franklin

Los aviones cruzan el cielo para borrarlo. Eso había afirmado concienzudamente desde que vio uno por primera vez. Su cuello pasaba horas enteras ligeramente doblado hacia detrás, esperando que alguno de aquellos trastos fuese tan rápido como para terminar. Esa mañana despertó mucho antes de lo habitual, cogió su cometa y se dirigió al tejado. Si quería borrarlo todo tendría que dedicarle, al menos, hasta la hora del almuerzo.

miércoles, 19 de diciembre de 2012

Sólido, líquido, gaseoso

Escribía historias falsas en agua para evaporar sus mentiras.

domingo, 28 de octubre de 2012

Funicolare

Se denomina funicular (del latín funicŭlus, "cuerda") a un tipo especial de ferrocarril utilizado para salvar grandes pendientes y cuestas, cuya tracción se hace por medio de una cuerda, cable o cadena. Pues bien, lo que poca gente sabe es que en una pequeña región del norte de Italia el concepto se extiende a cualquier cosa que permanezca unida durante un corto periodo de tiempo. Así, designan funiculares, por ejemplo, a los puentes de saliva que se forman entre los labios cuando alguien trata de pronunciar el francés o al lazo que une los cordones de unos zapatos el instante antes de ver a su dueño caer. Las miradas furtivas de dos desconocidos en el metro o el rastro de perfume que sin darnos cuenta nos encanta perseguir. Pero también nosotros, por qué no, fugazmente unidos hemos sido funiculares.

sábado, 26 de mayo de 2012

Crianza 2013

Tan pronto como acabó la fiesta, se puso a recoger las botellas vacías y los vasos a medio beber que se amontonaban en el salón. Y tan pronto como levantó la copa con borde aún rojo por el carmín, supo que ella tampoco sería la definitiva. Leer el porvenir en los círculos que deja el vino ya no es divertido cuando el portero aparece en él.