martes, 19 de abril de 2011

Yoahínomemeto.txt

Existió una vez, hace tiempo, una coma cansada de esperar. No era una coma cualquiera, no se sentía como el resto, nacidos con el don necesario para desarollar su función. Coma, así se llamaba, se asomaba a la ventana. Desde allí podía ver a Punto luciendo su enorme bigote, siempre sereno, como si ya hubiera alcanzado todo fin en su vida.
En lo alto, Coma lloraba. Odiaba perder el tiempo pausada en aquel castillo impenetrable, viendo como una polilla devoraba poco a poco sus calzones de domingo. También odiaba a esa dichosa Vírgula, marimandona y resabida, y sus rídiculos tonteos con Punto cada vez que se presentaba la ocasión. Las malas lenguas decían que un navío portugués la había abandonado allí y desde entonces esperaba su regreso. Sin embargo, Coma sabía lo suyo con Punto y sus planes de quedarse allí durante décadas.
Toda su vida construída con mentiras, finjiendo que de verdad es feliz así, pasmada, cuando sueña cada noche con cabalgar sobre una nube y, de una vez por todas, pasar página.

domingo, 10 de abril de 2011

Smoke On The Water

Cuentan los hombres del lugar, puro en boca y baraja en mano, que allí vivió él. Algún día compartió oxígeno y momentos con alguno de sus antepasados. Cuentan que, mito o realidad, ha estado pasando de boca en boca durante generaciones. Los neurólogos se tiran de los pelos buscando algo coherente entre las mil setecientas sesenta y cinco páginas de sus Atlas desde entonces y los cinco continentes a la expectativa de que venda de una vez por todas la exclusiva y aparezca hasta en las pantallas gigantes de Times Square.

Hablan del color rojo carmesí de los pensamientos más ardientes, también de sus formas redondeadas. Las ideas más malévolas, fluían de la gigantesca brecha de su cabeza como figuras geométicas y rudas, siempre negras como el carbón.

Lo que todos oían y nadie había conseguido nunca descubrir, era la mezcla exacta de colores que salían de la herida cuando Gabriel se concentraba en la música de sus auriculares. Sonaba Deep Purple y algo así como el humo en el agua se despegaba de su cabeza dejando boquiabiertos a los que observaban. Los pensamientos se materializaban, desprendiéndose de alguna parte de su alma en la que estaban escondidos.