martes, 29 de noviembre de 2011

Encuentros estelares

Sólo donde la tierra acaba y no existe la certeza de que haya algo más allá, presenciamos tan magnífico espectáculo de la naturaleza. Casiopea avanza, abriéndose paso entre el millón de estrellas que la separan de su destino. Orión tiembla al percibir ciertas alteraciones en las órbitas de los astros que la componen. El tiempo se ralentiza y durante el impacto, todo a su alrededor es absorvido y desaparece. Sólo quedan chispas de luz y una nueva constelación, la de mis pecas y tus lunares.

viernes, 25 de noviembre de 2011

Trastorno bipolar

El día que Lucio decidió abandonar su puesto de trabajo, se creó un gran revuelo. Al menos dos manzanas enteras se colapsaron por el tráfico aquella mañana, aunque era lo que menos le importaba. Necesitaba un cambio de aires, tanta contradicción en su rutina le elevaba demasiado la tensión.
Berlín. Viajaría a Berlín. Un tal Ampelmännchen, primo lejano de la familia, emigró a Alemania en los cincuenta y le iba bastante bien. Por lo visto, había conseguido abrirse un hueco entre el famoseo centroeuropeo y era todo un icono en el país. Siempre había sido un raro vistiendo y eso en el extranjero triunfa, pensó.
Sin embargo, se sentía apostador.
Quizá pruebe suerte en Bielorrusia, también necesitan semáforos allí ¿verdad?

miércoles, 5 de octubre de 2011

Le Voyage dans la Lune

Disfrutaba de la brisa. Su piel, egoísta, absorbía cada rayo de sol, dorado y preciado como el oro en esas épocas del año. Sonreía, con una de esas sonrisas que bien merecen un premio Goya por la profesionalidad del espectáculo. En realidad, uno es consciente de que todo el mundo ha enseñado dentadura al personal más de una vez con tal de seguir en su burbuja.

Lo que estaba en su cabeza no tenía mucho que ver con las historias sobre el imperio de Carlos V que se colaban en su oído y seguían su camino hacia la oreja opuesta. En su cabeza pensaba sobre los cuentos que leía, los de pensar. Sobre sentirse buscadora porque busca y no necesariamente encuentra, o porque repentinamente siente la necesidad de anotar cada uno de los minutos que ha disfrutado intensamente, sólo por dejar constancia de cuánto tiempo ha vivido realmente.

Se imaginaba esa libreta repleta de momentos fugaces, poco duraderos, pero tan intensos que sumaban años al final.

Los dos segundos del primer mordisco en una pera, el minuto y medio que tardó en dibujarle un cordero a El Principito o los catorce minutos y doce segundos que pasó en la luna con Georges Méliès.

domingo, 18 de septiembre de 2011

En blanco y negro

Una partida. Eso era todo lo que nuestro rey necesitaba como prueba definitiva.
Intercambiaron miradas durante todo el juego, ella se fijaba en cada sutil movimiento y danzaba por la sala con un brillo especial, poderosa.
El monarca difícilmente disimulaba el deseo que se encendía por momentos, paralizado. Los presentes, admiraban el baile, atónitos ante la estrategia ensayada de la dama.
Se acercó a su oído y "Jaque mate", susurró. Nunca debió enamorarse del enemigo.

miércoles, 31 de agosto de 2011

Trigésimo primera sinfonía

¿Lo oyes? Es la melodía. Esa tan perfecta que consigues pulsando las teclas, las mismas que empañan mis ojos y dibujan mi sonrisa. ¿Aún lo oyes? Sigues dominando a la perfección cada instrumento, haciendo vibrar las cuerdas que recorren mi espalda, escalofríos.
Tú, prodigioso compañero. Luthier de mentes enamoradas.

martes, 23 de agosto de 2011

2543 kilómetros

Se hundía en el colchón mientras se concentraba en cada una de las partes de su cuerpo. Un brazo, una pierna, un pulmón. Y es que no podía respirar ya con la misma fuerza, ni caminar la misma distancia.
Le faltaba una mitad, debió habérsela dejado al comprar el pan.

martes, 19 de julio de 2011

Alabama

Alguien le dijo que no existían los Reyes Magos. En ese momento dejó de creer en todo lo demás. Al fin y al cabo, no tenía sentido la fe si la única noche mágica del año estaba envuelta en esa burda parafernalia. Ni los tres vasos de leche, de la mejor para sus majestades, iban a convencerle esta vez para formar parte del espectáculo. Se puso los cascos, más grandes que sus propias palmas, a un volumen casi aturdidor, capaz de convertir en meros susurros los villancicos que dejaba tras sus talones. Había decidido trazar un plan de vida, buscar un camino menos absurdo y más digno que el de resignarse a vestir trajes brillantes y barbas postizas algún día de su incierto futuro. Atrás quedaban, a ritmo de blues, la inocencia y neutralidad que le caracterizaban.

miércoles, 13 de julio de 2011

A la carta

El sudor en sus mejillas le hacía reflejar los restos del enorme festín que había degustado. Inclinó el asiento hacia atrás y se llevó la mano al crecidísimo vientre que había cosechado. Como pudo, esbozó una leve sonrisa de complicidad a su acompañante de banquete. Habían devorado el tiempo y solo era el primer plato.

martes, 5 de julio de 2011

Camarero, Bronca Limón.

Se tambaleaba. Entró en la casa gritando cosas que mañana no recordaría. Su aliento apestaba a palabras destiladas, demasiado fuertes para ser asimiladas. Había tenido que tragarse aquella historia, en pequeñas dosis. Al menos cuatro rondas de chupitos se había llevado consigo esa noche. La peor parte, siempre fría. Mucho hielo y párrafo ancho. La resaca de mañana iba a darle más de un dolor de cabeza.

lunes, 27 de junio de 2011

Iceberg

El hielo se deshacía. Podía sentir los pequeños pedazos desprendiéndose y cayendo con la sonoridad típica de las tormentas de verano. Un gran charco se formaba ahora bajo sus pies, el agua reflejaba los pedazos de su cuerpo que aún seguían congelados. Se reblandecía, había perdido el miedo a sonreír.
Seguía de pie, quieto y calmado, simplemente lo dejaba suceder.

domingo, 12 de junio de 2011

Motel Houdini

A simple vista parecía un recepcionista cualquiera, uno de esos botones de hotelucho americano comandado por una mujer que masca chicle y se hace tirabuzones en el pelo. Sin embargo, Gabriel tenía aspiraciones. Esa mañana, todas afloraron y le dieron el empujón que necesitaba. Sería asistente del Gran Judini. Esperaría sus cuchillos con la emoción que siempre había querido experimentar. Encontraría al mago, su tiempo había concluido.

(Cuarto juego: "El corazón de un micro")

domingo, 5 de junio de 2011

Toc Toc

Le pareció oír el sonido que hace la madera de arce cuando es violentamente golpeada por un par de nudillos. Tan rápido como apoyó su cigarrillo en el alféizar de la ventana, corrió a abrir la puerta. No había nadie allí, pero sintió de nuevo esas ganas irrefrenables de ver la tinta de su pluma correr por el papel, las náuseas provocadas por las palabras que no pueden esperar a ser escritas, y las voces de los personajes que inventa para hacer uso de ellas. Alguien le había devuelto todo aquello y no sabría agradecérselo.
Podría escribir parrafadas ahora mismo.

martes, 3 de mayo de 2011

∞ + ∞

Hablaron durante horas, horas que se desmenuzaban ante sus ojos convirtiéndose en pequeños fragmentos, en minutos. Éstos, a su vez, se llenaron de segundos, segundos formados por diminutos fractales deshaciéndose ante la atónita mirada de ambas. Y los segundos se llenaron de mínimas pero infinitas partes de tiempo que aparecían lentamente, como la arena en un reloj. Hablaron durante horas.

martes, 19 de abril de 2011

Yoahínomemeto.txt

Existió una vez, hace tiempo, una coma cansada de esperar. No era una coma cualquiera, no se sentía como el resto, nacidos con el don necesario para desarollar su función. Coma, así se llamaba, se asomaba a la ventana. Desde allí podía ver a Punto luciendo su enorme bigote, siempre sereno, como si ya hubiera alcanzado todo fin en su vida.
En lo alto, Coma lloraba. Odiaba perder el tiempo pausada en aquel castillo impenetrable, viendo como una polilla devoraba poco a poco sus calzones de domingo. También odiaba a esa dichosa Vírgula, marimandona y resabida, y sus rídiculos tonteos con Punto cada vez que se presentaba la ocasión. Las malas lenguas decían que un navío portugués la había abandonado allí y desde entonces esperaba su regreso. Sin embargo, Coma sabía lo suyo con Punto y sus planes de quedarse allí durante décadas.
Toda su vida construída con mentiras, finjiendo que de verdad es feliz así, pasmada, cuando sueña cada noche con cabalgar sobre una nube y, de una vez por todas, pasar página.

domingo, 10 de abril de 2011

Smoke On The Water

Cuentan los hombres del lugar, puro en boca y baraja en mano, que allí vivió él. Algún día compartió oxígeno y momentos con alguno de sus antepasados. Cuentan que, mito o realidad, ha estado pasando de boca en boca durante generaciones. Los neurólogos se tiran de los pelos buscando algo coherente entre las mil setecientas sesenta y cinco páginas de sus Atlas desde entonces y los cinco continentes a la expectativa de que venda de una vez por todas la exclusiva y aparezca hasta en las pantallas gigantes de Times Square.

Hablan del color rojo carmesí de los pensamientos más ardientes, también de sus formas redondeadas. Las ideas más malévolas, fluían de la gigantesca brecha de su cabeza como figuras geométicas y rudas, siempre negras como el carbón.

Lo que todos oían y nadie había conseguido nunca descubrir, era la mezcla exacta de colores que salían de la herida cuando Gabriel se concentraba en la música de sus auriculares. Sonaba Deep Purple y algo así como el humo en el agua se despegaba de su cabeza dejando boquiabiertos a los que observaban. Los pensamientos se materializaban, desprendiéndose de alguna parte de su alma en la que estaban escondidos.

sábado, 12 de marzo de 2011

La química del Carbono

Una vez más, el polvillo negro sobre el papel, desprendido de la punta de su lápiz, le hace darse cuenta de que aún le guarda rencor. Esto pasa cuando escribe sobre el modo en que le hacía remolinos en el pelo hasta anudarlo, le rascaba la espalda hasta causar molestia o envolvía el almuerzo en ese film transparente que tanto detestaba. Sí, la detestaba. Mucho. Muchísimo. Y no ha dejado de detestar tampoco el perfume dulzón que aun se percibe entre las sábanas, los post-it empapelando la casa con ñoñerías, ni las cintas de mala calidad que encontraba en el cassette del coche. Cuánto la odia. Por eso escribe sobre ella.

lunes, 21 de febrero de 2011

Voz en off

Oye, tú. Sí, hablo contigo. ¿Qué haces ahí parado? No me ignores. Sé que puedes oírme, te ha cambiado la expresión de la cara y te mordisqueas impulsivamente los carrillos, siempre lo haces.

Aún crees que puedes hacerlo, que puedes comportarte como si no estuviera aquí, ¿verdad?. Una lástima porque no serás capaz, estás condenado a soportarme, así que hoy seré piadoso y sólo te sermonearé un poco.

Hoy, no te contaré el hambre que me haces pasar con esas estúpidas dietas que te ha dado por empezar y que, al menos por amor propio, deberías acabar. Es ponerte un plato de algomuygrasiento delante de la boca y se te alargan los colmillos, la saliva se diluye y buscas lo más calórico que hay en la nevera como guarnición. Ya que te saltas el régimen, te lo saltas bien.Ya te vale, amigo.

Se me olvidaba que habíamos quedado en que hoy no te daría la brasa habitual. Hoy me siento bien, y eso que tú estás igual de desaliñado, resacoso, desganado y deprimido que siempre. Pero fíjate por donde, mientras aun dormías me he dado una vuelta por la casa, revisando cómo había quedado de la noche anterior.

Jorge, tu amigo, ese al que le dejó la novia y desde entonces no sabe lo que es la cerveza sin alcohol, seguía en tu sofá, en la misma posición en que hubiera quedado si un globo aerostático, prescindiendo de su peso, lo hubiese arrojado a 423 metros del suelo, cual lastre. Eso sí, el pedazo de pizza aun seguía en su mano, bien agarradito no se lo fuera a comer el perro.

Es gracioso, este personaje al que critico podrías ser tú un fin de semana cualquiera.

domingo, 23 de enero de 2011

Vehemencia natural

Nube mimando una gota
que anhela ser parte del mar.
Gota de lluvia colmando una hoja,
queriendo ceder a la gravedad.
Hoja brotando de lo que se antoja
la extremidad de una rama,
soñando tocar el sol.
Extremidad de una rama
queriendo ser rama,
creciendo por cuenta propia.
Rama que forma un árbol,
esperando ser árbol alguna vez.
Árbol atado a un suelo,
al borde de un lago,
imaginándose en otro lugar.
Una gota en el lago,
queriéndose evaporar,
para una vez más,
anhelar ser parte del mar.

sábado, 15 de enero de 2011

Andrómeda

Tú y una palabra. Entonces me voy al universo paralelo en que guardo cada letra cuidadosamente enlazada a la siguiente, donde guardo tus palabras alineadas como planetas que consiguen mover mareas o trastocar océanos. Allí las mezclo a mi conveniencia, enhebro la aguja y coso sus sílabas de un modo armónico, un orden único que provoca una reacción devastadora. Ya casi está, casi completa tengo nuestra galaxia de términos propios. No desesperes, sé paciente. El día menos pensado descubrirás el modo de llegar y, entonces, me encontrarás colocando tildes a lo que pensé sería una utopía.