lunes, 27 de junio de 2011

Iceberg

El hielo se deshacía. Podía sentir los pequeños pedazos desprendiéndose y cayendo con la sonoridad típica de las tormentas de verano. Un gran charco se formaba ahora bajo sus pies, el agua reflejaba los pedazos de su cuerpo que aún seguían congelados. Se reblandecía, había perdido el miedo a sonreír.
Seguía de pie, quieto y calmado, simplemente lo dejaba suceder.

2 comentarios:

  1. "simplemente lo dejaba suceder".

    Eeeeeso es lo que hay que hacer, y más aún si ello conlleva perder el miedo a sonreír.

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