martes, 23 de agosto de 2011

2543 kilómetros

Se hundía en el colchón mientras se concentraba en cada una de las partes de su cuerpo. Un brazo, una pierna, un pulmón. Y es que no podía respirar ya con la misma fuerza, ni caminar la misma distancia.
Le faltaba una mitad, debió habérsela dejado al comprar el pan.

1 comentario:

  1. Seguro que no le faltan mitades para afrontar lo que surja, seguro que merecerá la pena al resto compensar la distancia para minimizar la mutilación en sentido contrario.

    ResponderEliminar