miércoles, 31 de agosto de 2011

Trigésimo primera sinfonía

¿Lo oyes? Es la melodía. Esa tan perfecta que consigues pulsando las teclas, las mismas que empañan mis ojos y dibujan mi sonrisa. ¿Aún lo oyes? Sigues dominando a la perfección cada instrumento, haciendo vibrar las cuerdas que recorren mi espalda, escalofríos.
Tú, prodigioso compañero. Luthier de mentes enamoradas.

2 comentarios: